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jueves, 15 de enero de 2015

Pensando en mi papá mientras busco una rosa búlgara

Los padres nunca mueren. Se mudan a otra dimensión desde la cual vigilan atentos cada movimiento. Nos acompañan en nuestros sueños y viven los suyos propios interrumpidos a través de nosotros.

Hace 75 años nació mi papito, el 'Papilo' de la 'Masi'. No está y está. Tengo la certeza de que él me mira con la misma benevolencia con que pasaba un manto divino sobre mis malcriadeces.Sé que siempre está conmigo: cuando estudio idiomas, cuando paseo, cuando busco las soluciones más económicas, cuando perseverante en mis propósitos lucho contra mi pésima voluntad. Y lo veo en las lindas orquídeas que encuentro, en las uvas grandotas, en los jardines cuidados, en el vuelo del vestido de una gitanita recuerdo de su paso por España, en las tórtolas que tanta tranquilidad me daban en La Habana...

También me traje tres de sus lindos recuerdos a Berlin: la gorra que impulsados por la necesidad le hice tomando como patrón una anterior, una billetera con una foto de los años mozos en que enamoraba a mi mamita y su tijera. !Oh benditos recuerdos me trae esa tijera muchas veces dejada en cualquier lugar y causa de más de una adorable discordia en nuestra familia! -Elizabeth (mi mamá), la tijeraaaa????!!!!!!!! Ah y cuántas veces había sido su protegida 'Masi' la culpable.

Esta mañana le compré una rosa preciosa. Aún no he encontrado una rosa búlgara, con su maravilloso color naranja en esta ciudad. Él prometió que me injertaría una pues es mi rosa favorita. Los padres nunca incumplen sus promesas. Sigo caminando. Voy a encontrar la rosa: él la pondrá en el camino para mí.

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