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domingo, 8 de mayo de 2016

Mis 7 emociones en Dresde

Dresde(en alemán es Dresden) es la capital del estado federal Sajonia(Sachen). Pertenecía a la República Democrática Alemana y era famosa por sus festivales de la canción socialista. Es una ciudad que combina las expresiones del arte para hacerte sentir con deseos de conocerla. El azar divino nos llevó allá y vivimos muchas emociones.


1. El valle del Elba.

Desde pequeña oí hablar de este río con el nombre de mi abuela paterna. Estar en la misma orilla, perdernos por los senderos, caminando por la ladera empinada y disfrutar el valle desde uno de sus castillos fue lo más emocionante de este viaje. Una mezcla divina de recuerdos y encuentros conmigo misma. El valle perdió la condición de Patrimonio de la Humanidad por la construcción de un nuevo puente. Pero esa vista del valle invita a muchas fotos... y a una jarra de medio litro de cerveza alemana.

Valle del Elba desde uno de los castillos
Desde una orilla, hacia los castillos del Elba
Barco turístico surcando el río
2. El Zwienger.

El palacio Zwienger, un edificio barroco,  contiene tres museos.
  • La colección más importante de porcelana mundial. La región de Dresden es la cuna de la porcelana Meisser, la más famosa de Alemania. Los fanáticos de la porcelana no deben perderse este recorrido por lo mejor del mundo China, Japón, y Europa desde tiempos inmemoriales. 
  • El salón de Física Matemática, expone instrumentos de medición muy antiguos: relojes, astrolabios, ... Joyas de la orfebrería y la ciencia.
  • La Galería viejos Maestros con obras desde el renacimiento hasta el siglo XIX. Se puede disfrutar de la Madonna de la Sixtina de Rafael y de algunos cuadros de Rembrandt, pasando por lo mejor de la escuela italiana.

Patio interior del Zwienger
La Madonna de la Sixtina, de Rafael (1512/1513)
Puerta de las coronas, una de las entradas del Zwienger

Porcelanas en Dresde, no mirar el precio

3. El casco histórico.
Pasear por el casco histórico es un regalo de 360 grados para la vista. Lo más asombroso es que fue casi completamente destruido durante la Segunda Guerra Mundial y reconstruido en los años siguientes según las fotografías de los originales. Las mujeres y los niños llevaron la voz cantante de la hazaña.

Escaleras al balcón del Elba

Casco histórico
Iglesia luterana de Nuestra Señora, con una estatua a Martín Lutero

4. Encuentro con la tecnología de la infancia: Robotrón


5. Vistas de la ciudad con el río
Hay una vista muy famosa de la ciudad, inspiración de un cuadro del pintor veneciano Canaletto. La vista de Canaletto es  la famosa pero las demás inspiran a cualquiera.

Augustbrücke, el puente principal de la ciudad
Vista de la ciudad desde el Augustbrücke

Desde el balcón del Elba

Vista más alejada de la ciudad



6. El Großegarten (el jardín grande)
El pulmón verde de la ciudad puede ser recorrido en un trencito. La particularidad es que por tradición del parque los ninos y adolescentes vestidos de ferroviarios son los que venden los boletines y los chequean en las distintas paradas. La calle principal mide 2 km.

Großegarten


7. Visita a una manufactura de Volkswagen.
Hecha completamente de vidrios para el autoconsumo de energía. Fue construida al precio exorbitante de 187 millones, es un excelente lugar para curiosos.

Manufactura de VW













domingo, 1 de mayo de 2016

Oh nein, Deutschland! Diccionario en ristre o pan con manteca

En ese proceso de mudarse por tiempo indefinido a un país con un idioma desconocido uno de los choques grandes es encontrar lo que necesitas en el mercado. No vamos a hablar del surtido que cada cual se imagina que nada tiene que ver con un mercado cubano, sino de la dificultad que entraña encontrar lo que necesitas por su denominación. En los inicios la compra era siempre auxiliada por el diccionario buscando en los casos que no fuera obvio por su nombre o presentación. Pero hay momentos que la gente va entrando en confianza (nunca creyendo que sabes alemán, qué va) y ocurren fallos agresivos al paladar.



Aquí les dejo el diálogo de dos cubanos en un mercado alemán:

Él: Mi amor, mira esto luce bien para echarle al pan.
Ella: Ah sí, tiene algo de carne de puerco(Schwein), echándole una rápida ojeada a los ingredientes.
Él: A ver... el nombre Griebenschmalz... ¿Qué será?
Ella: Puedes buscar en el diccionario del móvil.
Él: Qué va, me pesa. Mejor no lo compramos... Es que no sé… No estoy seguro. Bueno... no vale tan caro.
Ella: Cómpralo mi amor y tomamos eso como algo nuevo a probar esta semana.

Y él lo depositó en el carrito de compras.

Un desayuno días después.

Ella: Ah no hemos probado eso de echarle al pan.
Él:  "Pérate"… ahora mismo.

De precipitada ella tomó un poco con la punta del cuchillo  y se le descompuso la cara en un momento.

Ella: Esto sabe a pura manteca de puerco. Uf, con los años que hace que quité eso de mi dieta.
Él: (Buscando en diccionario) Pues mira que sí es manteca(Schmalz) con chicharrones(Grieben), o sea lo que en Cuba llamamos una manteca con surrapa de chicharrones, ni más ni menos.

La manteca fue a dar entre carcajadas incontenibles al fondo del congelador esperando utilizar un poco en algún plátano o yuca antes de lanzarla definitivamente.