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sábado, 30 de mayo de 2015

Mis Huellas de Tiempo

Hace dos años decidí en una descarga de pura adrenalina en esta fecha que iba a escribir cuanto me pasara por la cabeza, que no iba a frenar mis deseos de contar todo que me emocionaba.  A fin de cuentas la vida terrenal es limitada y hay que darse los pequeños placeres aquí y ahora. En estos dos años, que no han sido precisamente de vacaciones, he escrito algunos intentos de cuentos y relatos, varias crónicas de paseos, mini historias y hasta algo de poesía que pensé sepultada para siempre en el espíritu soñador del preuniversitario.

Conjugar las pasiones que te hacen feliz con lo que te da de comer no siempre van en el mismo sentido, así que le he dedicado buena parte de mi tiempo libre a este gran placer que es contar. He ganado algunos adeptos sobre todo desde que estoy en Berlin pues los correos que le mandaba a mi señora madre se los reenviaba a amigos que se fueron declarando fans de los correos y solicitando un blog donde releer de vez en cuando. Ahora los atormento un poco cada vez que me baja la musa después de un paseo por esta ciudad maravillosa, así que se aguantan.

Esa es mi otra gran pasión: conocer el mundo que me rodea.  Esos genes vinieron de mis padres, curiosos seres que aun con las restricciones cubanas se las agenciaban para procurar paseos y vacaciones que serían recuerdos imborrables para sus hijos.

Así como mi inspiración va con los paseos, y también escribir los recuerdos con (o para) la gente que quiero mucho, decidí finalmente crear un blog y hacer públicas mis Huellas de Tiempo. Aquí les van mis andares por el mundo físico o por ese mucho más delicioso e inquietante que es de los sentimientos humanos. Y sí, feliz  con el  autoregalo de cumpleaños.