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viernes, 25 de diciembre de 2015

Navidad entre Cuba y Alemania

En mi infancia la navidad solo fue historias, historias que oía siempre de la boca de mi abuelo con las nostalgias de una celebración que había oficialmente  desaparecido con todo: puercos asados, turrones españoles, buñuelos y familión completo reunido cantando villancios. Niña al fin me atreví a preguntar porqué no se celebraba ya la navidad y no recibí respuesta clara mirándome a los ojos. Oí frases masculladas, poco explicativas, palabras sueltas como "iglesia", "revolución", "prohibiciones" pero ninguna explicación convincente sobre esa linda tradición que se había diluido.

La navidad fue casi satanizada por muchos artículos cubanos que ponían en primer plano la dura crítica al gasto económico y a la publicidad consumista- que es real, completamente real- que se desata por estos días. Ya después de graduada hice cenas de Navidad sola con mi madre o con amigos, según donde me cogiera la fecha, algunas con arroz huevo y plátano maduro fritos pues no tenía otra cosa pero con una cantidad de amor... que sobraba para inundar el planeta. Durante años anhelé probar los turrones de los que tanto hablaban mis abuelos. El día que pude darme el lujo de comprar unos turrones de almendra descubrí que los turrones cubanos de maní con miel me gustaban más, y que ese gasto irracional en turrones españoles no lo haría más en mi vida.

Pero la Navidad es mucho más que consumismo: es en primer lugar el nacimiento de Jesús, que trajo luz, amor a la tierra. Y en segundo lugar la Navidad es un motivo, una tregua para sacar lo mejor de cada cual en fraternidad, estrechar manos, y definitivamente amar.

La estancia en Alemania ha permitido encontrarme con una Navidad distinta. El espíritu navideño lleva el esfuerzo extra de intentar pasarla bien aún cuando se está lejos de resto de la familia. En esta Navidad de 2015 el tiempo se ha comportado casi otoñal, 10 grados algo inusual en estas fechas. Alemania completa se llena de los mercados de Navidad que son todo un deleite de las más bellas tradiciones germanas: pirámides de navidad, Rauchenman (hombrecitos de madera que se le ponen incienso dentro y parece estan fumando); el caliente Glühwein, el vino alemán calentado con hojas de especias que le pone la "vida" ardiendo con solo tragos al que ande congelado por la calle. Y no faltan las siempre presentes de todo el año: salchichas y cervezas, finos chocolates manufacturados,frutos secos y garapiñados... En los mercados de navidad hay espacio para las actividades más diversas: pistas de patinaje sobre hielo, estrellas y otros aparatos de diversión.
Pirámide de Navidad en Alexander Platz

Hombres humo

La cerveza, siempre presente
Pista de patinaje sobre hielo en Alexander Platz


En esta Navidad en Alemania, agradecimos a Dios, brindamos por todos nuestros amigos y familia con un poco de Glühwein, precalentado con botella y todo en baño de María. Nos sentimos un poco felices... Y que la llama de espíritu navideño se mantenga prendida durante el próximo año. Amén.

Actuación de navidad en  Gendarmenmarkt
Entrada al mercado de navidad Gendarmenmarkt