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domingo, 25 de octubre de 2015

El museo de las comunicaciones de Berlin


«¡Al fin vinieron!», nos dijo hoy la estatua que con su bola del mundo a cuestas corona el museo de las comunicaciones de Berlin. «Sí, porque mira que me han pasado veces por delante sin decidirse a entrar!»





Detalle de la fachada del museo


Sabíamos que algún día iríamos y este domingo fue el día. El museo de las comunicaciones(Museum für Kommunikation de Berlin) está en la zona Stadtmitte, a una cuadra de Friedrichstraße, una de las calles principales del centro de la ciudad. El museo en primer lugar tiene una arquitectura impresionante tanto la fachada como el interior.
Vista del museo desde la esquina opuesta

Entrada del museo

Tiene un centro interior circular decorado con palabras y estatuas de hombres relacionados con las comunicaciones. En el centro se pasean dos robots que al parecer detectan movimiento, se acercan a las personas, las saludan y entablan una conversación corta.

En el museo está prohibido estrictamente tirar fotos. Como siempre aprovechamos la visita para aprender algunas palabras temáticas, nos lo advirtieron amablemente al vernos sacar el celular para buscar una palabra en alemán.

Fue divertido e instructivo pasearse por esa mezcla singular de historia y tecnología por la evolución de las comunicaciones en Alemania: correo postal, telefónicas, de radiodifusión, televisión, y de las redes desde el surgimiento hasta nuestros días. El museo logra atrapar muchas formas peculiares de la historia y objetos relacionados con las comunicaciones: el entinglado en tiempo de guerra, los trompetas, los del  tambor, y las máquinas de cifrar mensajes; la trasmisión de las primeras noticias por corredores, a caballo, y hasta los significados de los gestos en los distintos países.

En la sala dedicada al correo postal hay una exposición de las bolsas para transportar correspondencia de diferentes países.  ¡Y adivinen! ¡Un saco de yute de la República Cuba con el logo del pájaro atravesando las letras MC del Ministerio de Comunicaciones! Ya nos habían advertido lo de no tirar fotos, pero bien que merecía una de contrabando, ¿verdad?

La tarde pasó volando y ya salimos al oscurecer pues con la llegada del otoño por estas tierras la claridad del día dura menos. Hoy tachamos de la lista de museos pendientes el primer museo que anotamos en nuestra cola de curiosidades fruto de los andares sin rumbo por esta ciudad que siempre nos guarda sorpresas muy deleitables.

Estatua La caída del muro, al costado del museo

* Para ver fotos del interior del museo:  http://www.mfk-berlin.de








domingo, 11 de octubre de 2015

Oktoberfest: la fiesta de la cerveza en Berlin

Oktoberfest en Alexanderplatz
La primera vez que leí sobre Oktoberfest fue en 1988 en una revista llena de muchos colores que mi papá tomó para entretenerse en el aeropuerto Charles de Gaulle en Francia en su viaje de regreso a Cuba.

Recuerdo como si fuera hoy la fotografía de la promoción de la Fiesta de la cerveza, jarras enormes en mesas rústicas y los tomadores bien contentos brindaban con la espuma coronando las cervezas.

Pues sí, Oktoberfest es la fiesta de la cerveza donde principalmente al sur en Munich, Bavaria, los alemanes toman cerveza sin freno durante 16 días. Se dice que es la fiesta de pueblo más larga del mundo. No sé si será la más larga pero con toda seguridad debe ser donde más cerveza se toma, aún cuando un litro de cerveza (Maß, se lee más) es mucho más cara que lo habitual.

En Berlin montan su propia celebración, así que mientras visito alguna vez Bayern ya nos pudimos ir formando una idea. Hacen un montaje según la tradición del sur y hasta se puede ver algún que otro usando los trajes típicos de Oktoberfest.

Cantina típica

Barra dentro de la cantina

Biergarten (Jardin de para tomar cerveza)


Oktoberfest en Alexanderplatz


Torre de TV iluminada

La cerveza no es para los alemanes lo mismo que para los cubanos, generalmente la toman caliente, se considera alimento  y el precio es 25 veces menor.  En un mercado medio litro de cerveza puede costar hasta cuatro centavos de euro, pues el envase tiene devolución monetaria si se recicla. Increíble! Quién ve a ciertos cubanos cerveceros con ese mercado frente a la casa.

En estos años he aprendido a beber solo lo que me gusta. Sigo prefiriendo, por mucho, un buen mojito antes que una cerveza. Durante los primeros meses aquí no probé ni una. Cerveza con frío? Ningún cubano hace eso. La cerveza es fría y para disipar el calor en una buena charla con los amigos. Por eso disfruté tanto conocer la Radler, una cerveza típica con limonada, uno de los días más calurosos del ya desaparecido verano alemán: cerveza con amigos paseando por el Spree, como para no olvidar el encuentro con esta joya del arte cervecero alemán.