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miércoles, 1 de julio de 2015

La terrible historia de conseguir un nuevo piso en Berlin


Conseguir un piso, apartamento, vivienda o Wohnung (apartamento en alemán, se lee vonung) puede convertirse en una de las etapas más estresantes de las que puede vivir una persona con recursos monetarios limitados en esta ciudad donde la oferta es menor que la demanda y los procedimientos complicados.

Lo primero es que hay tres variables de dinero iniciales:

- Kaution o Fianza: que es generalmente igual a tres meses de alquiler.

- Provisión: lo que cobran algunas agencias por la ejecución de los trámites, unas veces lo paga el dueño del apartamento (Vermieter, se lee Fermieter) u otras el inquilino (Mieter, se lee Miter). Cuando lo paga el inquilino es generalmente de 2.28 veces el valor de la renta.

- Renta: el pago de la renta del primer mes.

La renta mensual para un apartamento de una habitación independiente se mueve desde los 350 euros hasta los 600 y un poco. Teniendo en cuentas otras variables como metros cuadrados, la zona, año de la construccion del edificio, condiciones del piso, etc. Hay otras variables de confort como si tiene ducha o bañadera, si los costos adicionales están o no en la renta, pero eso ahora mismo no viene al caso, pueden ser considerados minucias.

Entonces el par de locos que uds conocen decidieron a finales de abril después de un análisis de los recursos disponibles, era hora de dar el paso de cambiarse de apartamento. En la carrera de tener un lugar donde vivir para poderme mover a Berlín y hacer los trámites de Inmigración en paz, tuvimos que optar por un apartamento amueblado en una zona maravillosa pero un poco cara.

Para este cambio elaboré siguiendo la teoría de la gestión de proyectos un plan de acción encaminado al objetivo.

- Buscar en internet posibles apartamentos en la zona objetivo, que cumplieran nuestro rango de posibilidad deseado y limitado por las tres variables monetarias antes mencionadas.

- Visitar los apartamentos. Estas visitas tienen horarios fijos, y generalmente se publican en el mismo sitio y es obligatorio visitar el apartamento pues ahí dan la planilla para optar por él y no cierran contrato si no has visitado la casa.

- Llenar las planillas. Que cada cual pedía (en alemán por supuesto) distintas cosas.

- Escanear las planillas.

- Enviar la documentación (Planilla de solicitud, documentos de identidad escaneados, SCHUFA(documento de credibilidad bancaria), prueba de los últimos tres salarios, y certificación actual de que tienes un empleo)

Eso va a ser sencillo! En un mes estamos con un nuevo piso… Qué pensamientos nuestros más optimistas!

Casi todos los días desde finales de abril y durante las tres primeras semanas de mayo después de salir de la escuela y trabajo respectivamente íbamos a ver al menos un piso. A cada visita de un piso van entre diez y veinte interesados, algunos en carro, ataviados y vestidos de forma tal que dudas de tus posibilidades para optar por el piso. Llegábamos exahustos, con la estima y estómagos heridos a la casa pues viviámos en el Centro-Oeste de Berlín y buscábamos piso para el Norte- Noreste. O sea que después de ver el apartamento en cuestión había que regresar más o menos una hora en el metro y con varios cambios hacia la casa.

Los días avanzaban, nadie respondía. Mi compañeros del aula me habían advertido que hacen falta dos o tres meses para lograrlo. Pero como me pasa generalmente cuando el stress debía ser muy grande yo seguía bastante calmada con mis tareas de búsqueda, organización, visitas y pidiéndole a Dios que mirara con ojos de piedad mi petición y muy bajito, casi con pena, que no tuviera yo que pagar la Provisión pues es un dinero perdido para siempre (en nuestro caso serían casi 800 euros), y con más pena le dije bueno me encantaría si tuviera bañadera, Señor, perdóname pues eso ya es pura vanidad.

Vimos alrededor de 20 apartamentos que más o menos se ajustaban a lo buscado. Hubo un apartamento que fuimos a ver tres veces y a la tercera fue que pudimos verlo. La primera vez hubo problemas con la llave del apartamento y nos llevaron a ver otro en las cercanías con condiciones similares; la segunda equivoqué el horario y en vez de a las cinco fui a las seis a la visita, demasiado tarde; y a la tercera casualmente el 19 de mayo día de la muerte de Martí fue que pude concretar la visita. Ese día para suerte mía quien mostró el apto fue la dueña misma de la firma inmobiliaria intermediaria, que aunque ella no lo quiera admitir sí tiene por lo menos opinión y aunque no voto, en seleccionar al inquilino. Hablé un rato con ella con mi alemán en perfeccionamiento entrenado en las palabras de vivienda.

El 27 de mayo veo en Internet que aún ese apartamento estaba en oferta, o sea que no habían tomado la decisión sobre él. Me levanté de la cama con espíritu decidido a las 7 de la mañana le reenvié como quien no quiere las cosas la documentación actualizada a la representante de la inmobiliaria agregándole un documento del trabajo de mi esposo como que estaba contratado en la actualidad, que si bien ellos no lo pedían eso ayuda mucho.

El día 28 de mayo sobre las cuatro de la tarde me llamaron por teléfono(lo entendí todo) para darme la feliz noticia de que el Vermiter quería cerrar contrato con nosotros para el apartamento que más desvelos nos había causado. Lamentablemente la llamada fue exactamente cinco minutos después de haber firmado extensión del contrato con el otro apartamento. Por lo que virtualmente habíamos perdido ese dinero en la jugada. Pero en verdad yo necesitaba la primera semana de Junio con tranquilidad espiritual pues me enfrentaba a mi exámen final de alemán B1. Luego me dijo una amiga que pagar dos alquileres el mes que te mudas generalmente ocurre aquí que no me sintiera mal por eso. Quizá es una de las leyes no escritas del sistema, en la que botas el dinero sin querer.

El día 29 firmamos el contrato para recoger las llaves del nuevo apartamento el día 3 de junio de 2015.

El nuevo apartamento definitivamente enviado por Dios estaba maravilloso y lo mejor le gustó a mi esposo que no lo había visto pues a esa visita por ser muy temprano había ido yo sola. El apartamento estaba perfecto: si bien tiene solo una habitación es muy espacioso (podemos recibir visitas a lo cubano), ahorro de renta mensual de 150 euros, sin tener que pagar nosotros la Provisión, acabado de renovar desde el piso hasta las llaves del baño y fregadero, todo pintado, y con bañadera!, uno de los sueños de mi vida.

Qué me mantuvo en esta lucha? Primero pedirle a Dios todos los días que no me dejara tirar la toalla. Porque además por inexperiencia nos pusimos un lazo en el cuello al no renovar el contrato del apartamento en que estábamos viviendo. O sea que el primero de junio debíamos tener un apartamento sí o sí, contando con un lapso de hasta una semana para abandonarlo o iríamos para una residencia estudiantil como verdaderos nómadas. Pero Dios me mantuvo tranquila, confiada en que a la calle no iríamos. Tanto así que desbordó la copa, al final teníamos la posibilidad desde el viejo apartamento ir acondicionando el otro. Ya en la firma del contrato tuvimos la posibilidad de optar por otro de dos habitaciones, por consiguiente más caro. Pero en este momento la máxima es disminuir los costos de vida mensuales tanto sea posible, una de las medidas de precaución que no se deben perder de vista en los inicios de vivir en el sistema capitalista.

Ahora bien, el piso estaba completamete vacío, solo con la cocina con horno que es obligatoria por ley. La historia de cómo amueblamos y acondicionamos el apartamento con solo el 33% del dinero necesario para ello, bien merece otro capítulo.


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